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Articles by Dave Branon

La canción de Violeta

Una anciana llamada Violeta estaba sentada sobre su cama en una enfermería, y sonrió cuando unos adolescentes fueron a visitarla. El aire caliente del mediodía abatía sin tregua, pero ella no se quejaba. En cambio, sonrió de oreja a oreja y cantó: «¡Voy corriendo, brincando, saltando y alabando al Señor!». Mientras cantaba, agitaba los brazos como si estuviera corriendo. Los ojos de los que la rodeaban se llenaron de lágrimas, porque Violeta no tenía piernas. Estaba cantando porque, según ella: «En el cielo, tendré piernas para correr».

Aprender el idioma

Me paré frente a la congregación en una pequeña iglesia jamaiquina y dije, en mi mejor dialecto local: «¿Wa Guan, Jamaica?». La reacción fue mejor de lo que esperaba, y me recibieron con sonrisas y aplausos.

Nuestro mejor Amigo

Cuando tenía doce años, mi familia se mudó a una ciudad en el desierto. Después de la clase de gimnasia, en medio del calor, salíamos corriendo a tomar agua. Como era delgado y pequeño, a veces, me empujaban para adelantarse a tomar agua. Un día, mi amigo José, que era grande y fuerte, vio lo que me sucedía. Estiró su brazo y exclamó: «¡Oigan! ¡Dejen que Banks beba primero!». Nunca volví a tener problemas en el bebedero.

Un corazón compasivo

Siete amigos asistimos a un espectáculo en un concurrido parque. Como queríamos sentarnos juntos, intentamos ubicarnos en una misma fila. Pero, mientras lo hacíamos, una mujer se apresuró a sentarse entre nosotros y masculló unas palabras descorteses mientras ella y sus dos acompañantes se metían en el medio.

¿Reparar o reemplazar?

…si alguno está en Cristo, nueva criatura es… — 2 Corintios 5:17

Era hora de arreglar los marcos de las ventanas de nuestra casa. Entonces, los raspé, los pulí y rellené los agujeros en la madera para, luego, poder pintarlos. Después de todos mis esfuerzos, incluidos una capa de pintura base y de otra demasiado costosa, el marco quedó… bastante bien,…

No soy yo

Hace poco, durante unas vacaciones, le di descanso a mi afeitadora y me dejé la barba. Hubo varias reacciones de amigos y compañeros de trabajo… en su mayoría, elogios. Pero, un día, me miré y dije: «No soy yo». Así que reapareció la maquinita.

La tierra de «si hubiese…»

A un después de años de haber perdido a nuestra hija de 17 años en un accidente automovilístico en 2002, me encuentro a veces sumido en el mundo del «si hubiese…». En medio del dolor, es fácil imaginar cambios en los sucesos de aquella trágica tarde de junio, que habrían traído a mi hija de vuelta a casa sana y salva.

Dedicar todo

Cuando jugaba baloncesto en la universidad, cada año, al empezar la temporada, tomaba la seria decisión de ir al gimnasio y dedicarme por completo a mi entrenador… es decir, hacer todo lo que me pidiera.

Antiguo, pero nuevo

En 2014, se hundió un sumidero debajo del Museo Nacional Corvette, en Kentucky, Estados Unidos, y se tragó ocho autos deportivos antiguos e irremplazables. El daño en los automóviles fue tremendo; en algunos casos, imposible de reparar.

Hoy es el día

Nuestra nieta Maggie, de edad preescolar, y su hermana Katie, que va al jardín de infantes, llevaron varias mantas al patio trasero, donde construyeron una tienda para jugar. Ya habían estado allí durante un rato, cuando la madre escucho que Maggie la llamaba.